
Tres siglos de historia en una botella
En la plaza de Pisco Elqui, 13 pisqueras de las regiones de Atacama y Coquimbo se dieron cita
para mostrar las bondades de este destilado de vino, cuya Denominación de Origen data de 1931.
Era común escuchar entre valles y quebradas el rumor de que era extranjero, que había llegado a Chile bajo artimañas y de mala fe. Aseguraban que había sido alojado en recónditos valles del norte chico, mientras crecía escondido de la guerra entre los cerros y el sol.
Su atractivo y elegancia lo convirtieron en blanco de comentarios y sospechas respecto de sus orígenes. En 1931 fue el mismo estado de Chile que lo reconoció como chileno, pero la duda siguió alojada en los corazones de muchos.
Hizo falta una profunda investigación histórica para aclarar sus orígenes y confirmar que nació en territorio chileno, junto al río Claro en el corazón del Valle del Elqui. El certificado de nacimiento estaba escondido en los archivos de protocolo labrado en 1733 por el escribano del Imperio Español, conservado en el Archivo Nacional.
Hoy, el pisco chileno sigue tan vivo como siempre, noble y puro representante del esfuerzo campesino y de la cultura del norte del país, orgulloso guardián de una historia centenaria de esfuerzo y constancia.
Fue precisamente en su lugar de nacimiento, que se concentraron los festejos por un nuevo año de vida del pisco para conmemorar el Día Nacional del Pisco.
Este espirituoso es producto del trabajo arduo de más de 2.800 productores de uva pisquera de los valles de Copiapó, Huasco, Elqui, Limarí y Choapa, ubicados en las regiones de Atacama y Coquimbo, las dos zonas únicas productoras de acuerdo a la Denominación de Origen Pisco.
Durante la actividad, el alcalde de Paihuano, Hernán Ahumada, oficializó el lanzamiento de la primera ordenanza municipal que protege la Denominación de Origen Pisco.
El Intendente de Coquimbo, Claudio Ibáñez, sostuvo: «Seguiremos apoyando esta importante industria que genera empleos y valor a muchos pequeños productores en la Región de Coquimbo. Son más de 1.300 los productores agrícolas, los que conforman la industria pisquera generando la identidad de la región».
La industria del pisco aporta más de 31 mil empleos y se ha potenciado como una de las actividades productivas de más larga tradición en el norte del país.
Las destilerías presentes fueron Mulet, Bou Barroeta, Cooperativa Capel, Doña Josefa, Mal Paso, Los Nichos, Álamo, Armidita, Chañaral de Carén y Aba, representando a todos los valles que conforman la zona pisquera de Chile. Ellas fueron las encargadas de presentar la versatilidad y características únicas de este destilado nacional, que sigue encantando los sentidos de chilenos y extranjeros en busca de un producto con calidad e historia.